“Admiro a las personas que empujan a grandes cambios para la construcción de un mundo mejor”

En la búsqueda de apoyar a crear proyectos sociales, la arquitecta Verónica Farías Cornejo trabaja en la Municipalidad San Pedro de Atacama, un lugar mágico y reconocido mundialmente, pero que tiene mucho trabajo por hacer, especialmente para las comunidades que lo habitan.

Es por eso que esta profesional nos habla de su pasión por la Arquitectura, las aplicaciones de nuevas tecnologías como la Red BIM de la Región de Antofagasta y también como es vivir entre montañas y desierto.

¿Qué la llevó a hacer de la arquitectura su profesión?

– Desde muy chica yo ya quería ser arquitecta. Mientras mis amigos soñaban con ser astronautas, cantantes o actrices de cine, yo decía que iba a “diseñar casas”. A lo que menos me he dedicado es a “diseñar casas”, pero creo que en el fondo lo que me atrajo de la arquitectura desde tan pequeña es que se trata de algo absolutamente cotidiano: “la casa”, ese “espacio” que habitamos todos los días.

¿Cómo es trabajar en San Pedro de Atacama?

– Es entretenido y desafiante. Es un poblado pequeño pero conocido en todo el mundo. Muy dinámico, pero aún con muchas carencias, especialmente de servicios básicos, equipamiento y espacios públicos. Para los turistas que vienen de visita, San Pedro es un lugar increíble, rodeado por paisajes únicos, con los cielos más limpios del mundo y con una historia e identidad muy significativas.

Para quienes trabajamos aquí es un lugar con mucho por hacer, que ha crecido y se ha expandido tan rápido que no hemos logrado planificarlo y por lo tanto está lleno de problemas por resolver, con comunidades muy organizadas que participan pero que a la vez son exigentes, con un patrimonio natural y arquitectónico únicos pero que conllevan la responsabilidad de cuidarlos, mantenerlos y defenderlos.

¿Cuál es su lugar favorito en la región?

– La montaña. Vivimos en una región con altas cumbres muy hermosas. Vivir en San Pedro de Atacama me llevó a descubrir la montaña y la magia de subir sus cumbres, el encuentro con la naturaleza y con uno mismo en medio de un paisaje que es único. Para despejarme, para descansar, para respirar y para volver a darme cuenta del hermoso lugar que habito, acudo a la montaña.

Dentro de su trayectoria ha trabajado mucho con labores sociales ¿qué tipo de aporte desea ejecutar dentro de su rubro?

– Creo que la arquitectura es una disciplina que impacta directamente en la calidad de vida de las personas. En este sentido, creo que la participación de todos en torno a las decisiones que se toman para el desarrollo de los lugares en los que habitamos es fundamental.

El aporte que espero hacer dentro de mi rubro es lograr esa conexión y esa cercanía. Que nuestras ciudades sean planificadas y diseñadas en conjunto con sus habitantes, que los espacios públicos realmente respondan a sus necesidades y a la imagen que se quiere proyectar desde el territorio hacia afuera y no al revés.

¿Qué proyectos de espacios públicos en sectores vulnerables podría destacar?

– Cuando trabajaba en el programa “Quiero Mi Barrio” acá en San Pedro de Atacama realizamos una intervención muy pequeñita en la población Alto Mirador. El proyecto consistió en la construcción participativa de un humedal de reciclaje de aguas grises para el riego de los árboles de una “Ecoplaza”.

Si bien no fue un proyecto perfecto y como todo ha tenido complicaciones en el camino, creo que ha sido una de las intervenciones más significativas en las que me ha tocado participar por el impacto que tuvo para los vecinos, pero también porque fue un proyecto pionero en el cuidado del agua en la región.

¿La tecnología BIM podrá ser usada en este tipo de trabajos en sectores vulnerables?

– Absolutamente. Creo que la tecnología BIM y sobre todo el BIM como metodología es de mucha importancia para lograr generar procesos menos burocráticos en el desarrollo de este tipo de proyectos.

Generalmente se habla de la importancia del BIM para obras de gran envergadura y muy costosas (aeropuertos, carreteras, hospitales), porque la optimización económica en ese tipo de iniciativas es muy evidente, sin embargo, creo que una de las cosas interesantes del BIM es justamente la oportunidad que entrega de poder desarrollar proyectos de manera remota pero muy coordinada con diferentes profesionales, además de propiciar una planificación y coordinación de las obras más detallada y real. Para proyectos en sectores aislados, por ejemplo, donde una de las complicaciones es el acceso a materiales o a profesionales, creo que la tecnología BIM permitiría una mejor coordinación y planificación, lo que llevaría a obtener resultados de mayor calidad y en menor tiempo.

En lo personal ¿Cómo te ha marcado la pandemia?

– La pandemia generó una oportunidad. De cierta forma el mundo comenzó a relacionarse de otra manera y para quienes vivimos en sectores un poco más aislados, esto nos acercó.

Sin embargo ha sido un tiempo difícil, vivo en un lugar que depende del turismo y en este sentido la pandemia pegó muy fuerte. San Pedro de Atacama entre abril y octubre de 2020 parecía un pueblo fantasma, los hoteles, los restaurantes, las agencias de turismo cerraron, muchas personas perdieron su trabajo y tuvieron que partir.

Fue un tiempo de respiro, de poder hacer cosas diferentes, de aprender y disfrutar, pero también de mucha incertidumbre.

Ya en ese silencio, en ese San Pedro alejado del ruido, uno empieza a evaluar algunas cosas y creo que acá nos cuestionamos la forma en cómo nos relacionamos con nuestro entorno.

Espero que la pandemia traiga una oportunidad para esta comuna y comencemos a replantear la forma en que se venía desarrollando la actividad turística, que logremos llegar a un equilibrio entre el desarrollo económico de la zona y el respeto por el medioambiente.

¿A quién o a quienes admiras?

– Admiro a todas las personas que son capaces de involucrar y conciliar sus pasiones y principales intereses personales, con las necesidades e intereses colectivos. Esas son las personas que empujan a los grandes cambios y a la construcción de un mundo mejor. Con ellos quisiera trabajar y compartir mi vida. Ya han sido varios en el camino y han traído mucha motivación y felicidad. Los admiro.

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